jueves, 3 de septiembre de 2009

Ironías de la vida

Cuándo uno conoce a otra persona, ya sea un amigo o un amante, la palabra no es algo fundamental, porque por más que ayuda a los primeros acercamientos, hay una serie de recursos utilizables cómo una caricia o una mirada que comunican mucho más que la voz.
Hace poco conocí a alguien muy especial con quién me veo obligada a usar la palabra por un tema de lejanías... Sin embargo, y por primera vez en la vida, me veo imposibilitada de usar esta útil herramienta, porque aparentemente tengo todos los problemas que uno puede tener en la garganta (shagas, aftas, ampollas, inflamación de tooodos los gángleos y de la campanita, placas, etc), por lo que ando escribiendo notitas por la vida, sin poder comunicarme con quien realmente quisiera, cómo realmente yo quisiera.
Irónico, ¿no?

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