lunes, 10 de agosto de 2009

Impotencia

Siempre pensé, y en este momento más que nunca, que no hay peor sentimiento que la impotencia.
Nada peor que sentir esa necesidad de gritar, patalear, decir, pegar, romper y no poder llevarla a cabo. En mi caso, como me gusta opinar mucho, tiendo a verme seguido en esta posición.. y me pasa que cuándo ya no puedo seguir acumulando, la bronca se empieza a filtrar por los ojos convirtiéndose en lágrimas, entonces, antes de que me de cuenta, tengo un río salado corriendome por los cachetes. Y, por supuesto, termino gritando todo eso que tenía guardado, que se suma con el llanto y resulta un adefecio horrible que no permite entender eso que quería decir en primer lugar. Espantoso, realmente espantoso.
Por que, más allá del llanto y eso, yo imagino la impotencia cómo el acto de cortarle las alas a aquel que está emprendiendo vuelo, lo que en sí no constituye una imagen bonita en ningún aspecto, que suma otro motivo que justifica el llanto, lo que lleva a un ciclo vicioso.

Ayer yo estaba emprendiendo vuelo. Hoy me cortaron las alas.

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